MÉXICO, 18 DE NOVIEMBRE DEL 2025
Tesla ha lanzado un nuevo requerimiento a sus proveedores: eliminar componentes fabricados en China para sus vehículos ensamblados en Estados Unidos, según reportes del Wall Street Journal. Esta medida marca un giro estratégico importante para la compañía, en medio de crecientes tensiones comerciales y arancelarias entre Washington y Pekín.

La prohibición no es total de inmediato: Tesla ya habría reemplazado algunas piezas chinas, pero busca que en el lapso de uno a dos años todos los componentes para los autos norteamericanos provengan de fuentes fuera de China.
La decisión forma parte de un plan más amplio para desconectar su cadena de suministro estadounidense del gigante asiático. Tesla ha acelerado este cambio ante la incertidumbre creada por variaciones en los aranceles que afectan sus costos y estrategia de precios.
Un gran desafío en esta transición es la batería de fosfato de hierro y litio (LFP), una de las más utilizadas por Tesla, proveniente en gran parte de China, particularmente de CATL. Tesla ya dejó de usar algunas de estas baterías chinas en sus modelos para EE. UU., en parte porque dejaron de calificar para ciertos incentivos fiscales y porque enfrentan aranceles.
Para contrarrestar este desafío, Tesla está invirtiendo en producción local: planea fabricar celdas LFP en una planta en Nevada para 2026. También ha impulsado a sus proveedores asiáticos, incluidos los chinos, a relocalizar parte de su producción en México o el sudeste asiático, para abastecer tanto a sus plantas estadounidenses como globales.
