NUEVA YORK, 2 DE JUNIO DEL 2025 

En uno de los momentos más determinantes de su carrera, Taylor Swift eligió rodearse de afectos sinceros para celebrar una victoria largamente esperada: la recuperación de los derechos de los masters de sus primeros seis álbumes. La artista fue vista compartiendo una cena privada con Selena Gomez en el icónico restaurante Monkey Bar, en Manhattan, un lugar que encarna la elegancia atemporal de la ciudad desde su inauguración en 1936.

Taylor Swift y Selena Gomez fueron vistas cenando en el exclusivo Monkey Bar de Nueva York, celebrando la recuperación de los masters originales de Taylor.

La velada se llevó a cabo la noche posterior al histórico anuncio, lo que convirtió el encuentro en mucho más que una simple salida entre amigas. Según una imagen difundida en la red social X, Swift, de 35 años, y Gomez, de 32, protagonizaron una conversación íntima en una mesa discreta del lugar. Taylor aparece con una expresión de sorpresa mientras Selena la observa con atención, en una escena que muchos interpretaron como un momento de complicidad genuina.

Aunque el restaurante notificó en su sitio web que cerraría al público a las 6:30 p.m. para un “evento privado”, no se confirmó oficialmente si dicho cierre estuvo relacionado con la presencia de las dos celebridades. Sin embargo, todo apunta a que el Monkey Bar fue testigo privilegiado de un momento de profunda carga emocional para la estrella del pop.

Selena Gomez no solo acompañó físicamente a Swift, sino que fue una de las primeras figuras públicas en reaccionar al logro de la cantante, publicando en sus historias de Instagram: “Tan orgullosa de ti”. Un respaldo que subraya la sólida amistad entre ambas artistas, que han compartido más de una década de éxitos, tropiezos y lealtades en la industria.

El anuncio que desató esta celebración fue realizado por la propia Taylor a través de una carta escrita a mano, publicada en su sitio oficial. En ella confesó que llevaba 20 años soñando con este momento: “Durante 20 años soñé con este momento, y muchas veces estuve tan cerca… solo para verlo desvanecerse. Pero ahora todo eso quedó atrás. Toda la música que he hecho… ahora me pertenece”, expresó.

De acuerdo con cifras reveladas por Billboard, la adquisición de los masters le habría costado a la cantante cerca de 360 millones de dólares, consolidando un precedente significativo para los derechos artísticos en la industria musical.

La cena con Selena Gomez fue más que una celebración privada: fue un gesto simbólico que encapsula la esencia del triunfo de Taylor Swift. Rodearse de afectos reales, en un lugar cargado de historia, mientras redefine la suya propia, habla del poder de la resiliencia artística y personal. En un mundo donde el control sobre la obra propia sigue siendo una batalla cuesta arriba para muchos creadores, Swift da un paso firme como pionera de una nueva era para la música.

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