CDMX, 4 DE JUNIO DEL 2025.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, criticó con contundencia la decisión del gobierno de Estados Unidos de aumentar hasta un 50% los aranceles al acero y aluminio importados desde diversos países, calificándola como una acción “injusta y sin sustento legal”. La mandataria advirtió que, si no se logra un acuerdo bilateral, su administración tomará medidas para proteger el empleo y la industria nacional.

“Es una medida injusta para todo el mundo, no sólo para México”, afirmó Sheinbaum, subrayando que la decisión estadounidense aplica a casi todos los exportadores del sector, con excepción del Reino Unido, que mantiene una tasa preferencial del 25%.
Desde su perspectiva, la medida no solo carece de justificación legal dentro del marco del T-MEC, sino que contradice los datos comerciales entre ambos países. “México importa más de lo que exporta en acero y aluminio. Entonces, cuando hay un déficit, no debería haber sanción”, sostuvo.
La presidenta también cuestionó el argumento de seguridad nacional esgrimido por Washington, al recordar que recientemente la propia Casa Blanca ha reconocido la buena colaboración bilateral en ese ámbito, haciendo aún más cuestionable el fundamento del nuevo arancel.
Con el tema en el centro del debate económico bilateral, Sheinbaum anunció que este miércoles su gobierno se reunirá con representantes de la industria del acero y aluminio para analizar el impacto de esta medida. Además, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, sostendrá una reunión clave este viernes con autoridades estadounidenses, en un intento por alcanzar una solución negociada.
En caso de que no haya avances concretos, Sheinbaum advirtió que su gobierno anunciará medidas la próxima semana, aunque aclaró que no serán acciones de confrontación directa, sino iniciativas enfocadas en proteger la industria mexicana y los empleos nacionales. “No se trata de un ojo por ojo, sino de cuidar lo nuestro”, enfatizó.
Este nuevo episodio añade tensión a una relación comercial históricamente interdependiente. En un mundo donde los mercados están más conectados que nunca, decisiones unilaterales como esta generan incertidumbre y minan la confianza entre socios estratégicos. Más que frenar importaciones, el verdadero riesgo está en debilitar puentes que tardaron décadas en construirse.