Internacional, 25 de octubre de 2025
El empresario y CEO de Tesla, Elon Musk, ha vuelto a generar un intenso debate en el ámbito tecnológico y económico con una de sus predicciones más ambiciosas hasta la fecha. Musk afirmó que el robot humanoide Optimus de Tesla tiene el potencial para «terminar con la pobreza en el mundo».

La audaz declaración se basa en la capacidad del robot Optimus para realizar trabajos físicos repetitivos y peligrosos. Musk sostiene que la producción masiva de estos humanoides impulsará un crecimiento económico casi ilimitado al elevar dramáticamente la productividad global. Según su visión, un futuro con billones de robots Optimus trabajando eliminaría la escasez de mano de obra y recursos.
Musk argumenta que la tecnología de Optimus transformará la relación entre trabajo y capital. El robot está diseñado para ser una herramienta de propósito general, capaz de realizar tareas que actualmente solo pueden hacer los humanos, pero a una escala y eficiencia mucho mayores.

Sin embargo, la predicción del fin de la pobreza ha generado escepticismo entre economistas y sociólogos. Los críticos advierten que, si bien la IA y los robots aumentarán la producción, también podrían exacerbar la desigualdad de ingresos, concentrando la riqueza en manos de los propietarios de la tecnología y dejando sin empleo a millones de trabajadores.
El debate se centra ahora en la necesidad de un nuevo modelo de distribución económica, como la Renta Básica Universal (RBU), para compensar el desplazamiento laboral masivo que podrían generar los humanoides como Optimus. El proyecto de Tesla, sin duda, está marcando la pauta de la conversación sobre el futuro de la humanidad.


