MÉXICO, 7 DE OCTUBRE DEL 2025
El presidente Donald Trump anunció que a partir del 1 de noviembre Estados Unidos impondrá un arancel del 25 % a las importaciones de camiones medianos y pesados, golpeando con fuerza la industria automotriz mexicana.

Los datos del comercio bilateral del año muestran que el 80 % de los camiones y vehículos especiales importados provienen de México, lo que coloca al país como el mayor blanco del impacto. Entre enero y julio, México fue responsable de buena parte del volumen importado hacia EE. UU.
La medida se da justamente cuando expiraba una prórroga de 90 días sobre aranceles generales del 30 % para productos mexicanos no amparados por el T-MEC, pactada entre ambos gobiernos. Hasta ahora, no está claro si componentes o autopartes también quedarán gravados, ni cómo se aplicarán las exenciones previstas en el tratado comercial. Marcas como Ford, General Motors y Stellantis tienen fuerte dependencia de las exportaciones desde México, lo que podría hacerlas especialmente vulnerables. Aunado a esto, el anuncio generó incertidumbre entre empresarios y asociaciones automotrices que buscan salvaguardas o renegociaciones.
El efecto inmediato puede ser una caída en exportaciones mexicanas, aumento de costos en la cadena de suministro y presión sobre empresas que dependen de esos mercados. Por su parte, EE. UU. espera favorecer su propia producción nacional frente a competidores externos. Este arancel del 25 % vuelve a demostrar que los lazos económicos no aseguran siempre estabilidad. México deberá actuar con estrategia y firmeza para evitar que una decisión unilateral industrial termine repercutiendo en su crecimiento y ámbito externo.


