MYANMAR, TAILANDIA, 28 DE MARZO DEL 2025

Un fuerte terremoto de magnitud 7,7 sacudió el centro de Myanmar este viernes, con efectos devastadores que se extendieron a Tailandia y el sur de China. Con epicentro en la ciudad de Sagaing, al noroeste de Mandalay, el sismo golpeó a gran profundidad, amplificando su impacto en la superficie. A medida que los rescatistas trabajan incansablemente en la búsqueda de sobrevivientes, las cifras de víctimas siguen aumentando. Hasta el momento, se reportan al menos 154 muertos (144 en Myanmar y 10 en Tailandia), aunque las autoridades temen que el saldo final sea mucho mayor.

Rescatistas buscan a personas entre los escombros.

En Myanmar, la tragedia se ha desatado principalmente en la capital administrativa Naypyidaw, donde se registraron graves daños estructurales. Se han reportado grietas en los edificios, techos colapsados y una infraestructura severamente dañada. Las autoridades locales han informado de al menos 730 heridos, y el jefe del gobierno militar de Myanmar, el General Min Aung Hlaing, advirtió que el número de víctimas podría aumentar conforme avanzan las labores de rescate.

El terremoto también generó pánico en Tailandia, donde los temblores se sintieron con fuerza en la capital Bangkok y en ciudades del norte, como Chiang Mai. En Bangkok, la caída de un rascacielos en construcción dejó 10 muertos y numerosas personas desaparecidas. Además, se suspendieron temporalmente algunos servicios de transporte público en la ciudad. A pesar de que los daños en Tailandia no fueron tan extensos como en Myanmar, la situación sigue siendo grave.

Las réplicas, especialmente la de magnitud 6,4 ocurrida minutos después del sismo principal, han dificultado aún más las labores de rescate y aumentado la alarma en toda la región. La tragedia ocurre en un contexto complejo, dado que Myanmar atraviesa una difícil situación política y social debido a la guerra civil y al control militar sobre el país. Esto ha limitado las posibilidades de acceso a información detallada y ha generado un desafío adicional en la coordinación de los esfuerzos de ayuda internacional.

El devastador terremoto en Myanmar y Tailandia subraya la vulnerabilidad de las regiones propensas a movimientos sísmicos, y resalta la necesidad urgente de fortalecer la infraestructura y los sistemas de respuesta ante emergencias. Además, pone en evidencia la importancia de la solidaridad internacional para apoyar a los países más afectados por desastres naturales, especialmente aquellos como Myanmar, donde las circunstancias políticas complican aún más la situación. Mientras los rescatistas continúan su incansable labor, la esperanza de encontrar sobrevivientes permanece, y la región necesita un respaldo global más fuerte para enfrentar los desafíos humanitarios derivados de esta tragedia.

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