NUEVA YORK, 6 DE ABRIL DEL 2025.
El pasado martes, una universidad en línea de Connecticut alertó a las autoridades del NYPD tras recibir un mensaje alarmante: un hombre aseguraba que detonaría una bomba durante una transmisión en vivo del programa Saturday Night Live. La investigación avanzó rápidamente y derivó en el arresto de Michael Joseph Branham, de 48 años, quien fue detenido en Manhattan al día siguiente.

Aunque la amenaza no se consideró creíble desde el punto de vista operativo, el contenido explícito y el lugar señalado —30 Rockefeller Plaza— llevaron a una movilización inmediata por tratarse de un sitio altamente mediático.
Un historial perturbador con Scarlett Johansson
Michael Branham no es un desconocido para las autoridades. En 2023, la actriz Scarlett Johansson lo denunció por acoso. Según documentos judiciales, Branham habría aparecido en su casa y difundido publicaciones delirantes en redes sociales donde afirmaba estar comprometido con ella. Incluso tiene tatuado el nombre “Scarlett” en su pecho, lo que refuerza el perfil obsesivo de su comportamiento.
La amenaza al set de SNL también mencionó directamente a la actriz. A pesar de que la orden de restricción solicitada por Johansson fue desestimada por un error técnico, una nueva orden fue emitida tras este incidente.
Cargos judiciales y defensa polémica
La fiscalía presentó cargos graves: falsa denuncia de incidente y amenaza de daño masivo. La jueza Janet McDonnell impuso una fianza de $100,000 en efectivo o $300,000 en bono asegurado. Además, Branham enfrenta otras cuatro órdenes de arresto en Kentucky.
Por su parte, la defensa alegó que el mensaje pudo haber sido enviado por alguien que usó su información personal, e incluso sugirió que Branham fue víctima de una estafa en línea relacionada con perfiles falsos de Johansson.
Aunque la defensa insiste en su inocencia, las autoridades consideran que existe un patrón persistente de comportamiento obsesivo. La conexión con figuras públicas y la reincidencia en acciones perturbadoras delinean una conducta que ya no puede atribuirse al error o la confusión. La justicia ahora enfrenta el reto de equilibrar el derecho a la defensa con la necesidad urgente de proteger a las víctimas potenciales.