Ciudad de México. 23 de diciembre de 2025.
En un anuncio que ha sorprendido y aliviado a la comunidad «gamer» y a la industria tecnológica en el país, la presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que la propuesta de aplicar un impuesto especial a los videojuegos ha sido descartada.

La decisión de dar marcha atrás a este gravamen, que se perfilaba como parte de una estrategia para desincentivar contenidos agresivos, se basa en la complejidad técnica y operativa que representaba para el Gobierno de México. Según palabras de la mandataria, «es muy difícil distinguir» cuáles títulos contienen violencia real de aquellos con temáticas fantásticas o lúdicas.
Las razones del cambio de postura
El debate sobre este impuesto generó controversia desde su planteamiento inicial. Sin embargo, tras un análisis técnico, el Ejecutivo Federal determinó que:
- Subjetividad en la Clasificación: Definir qué constituye un «videojuego violento» para fines fiscales resultaba ambiguo, lo que podría derivar en amparos y complicaciones legales ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
- Impacto Económico: Se consideró que el impuesto podría afectar de manera desproporcionada a los consumidores y frenar el crecimiento de una industria que genera miles de empleos en desarrollo de software en México.
- Protección al Consumidor: La administración optará por reforzar los sistemas de clasificación existentes y campañas de educación para padres, en lugar de una medida recaudatoria.
Reacción de la Industria

Organizaciones y desarrolladores celebraron la medida, señalando que México es uno de los mercados de consumo de videojuegos más grandes de América Latina. Imponer un costo extra habría fomentado la piratería o el mercado gris, afectando la recaudación formal del IVA que ya generan estos productos.
Con esta decisión, los precios de los videojuegos se mantendrán bajo las tasas impositivas vigentes, sin el cargo adicional que se había especulado para el presupuesto de 2026.
