Jerusalén, 23 de agosto de 2025
La Organización de Naciones Unidas (ONU) declaró este sábado “oficialmente” la hambruna en la ciudad de Gaza, un suceso que sus expertos calificaron como un “fracaso de la humanidad y un crimen de guerra”. La ONU advirtió que poco más de medio millón de personas se encuentran en una situación “catastrófica” y prevé que la escasez alimentaria se extienda al resto del enclave palestino en el próximo mes.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, sostuvo que “es un desastre provocado por el hombre, una crítica moral y un fracaso de la humanidad”, y el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, afirmó que “es un crimen de guerra utilizar la falta de comida con fines militares”. Türk señaló que la hambruna es el “resultado directo de las acciones emprendidas por el gobierno israelí”.
La condena internacional se hizo presente a través del canciller español, José Manuel Albares, quien exigió a Tel Aviv el cumplimiento de sus obligaciones humanitarias y escribió en X que no se pueden “tolerar más muertes inocentes de civiles palestinos”. Por su parte, organizaciones humanitarias internacionales aseguraron que “los niños y las niñas pagan el precio más alto” y que los efectos de la hambruna serán irreversibles para muchos menores del enclave.
En respuesta, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó el informe de la ONU como una “mentira absoluta” y aseguró que “Israel no tiene una política de hambruna, sino de prevención de la hambruna”. El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, amenazó con destruir la ciudad de Gaza y “abrir las puertas del infierno” a menos que Hamás ceda a los términos de Tel Aviv. Estos intercambios de declaraciones se producen mientras el ministerio de Salud gazatí reportó la muerte de al menos 65 palestinos en las últimas 24 horas, con los cuales suman poco más de 62 mil palestinos fallecidos desde el inicio del conflicto en octubre de 2023.
La declaración de hambruna en Gaza por parte de la ONU marca un punto crítico en el conflicto. La acusación de que la falta de comida es un «crimen de guerra» intensifica la presión internacional sobre Israel para que permita la entrada de ayuda humanitaria. Mientras los líderes de todo el mundo y las organizaciones humanitarias exigen una respuesta inmediata, las tensiones siguen escalando, y los civiles palestinos y los rehenes siguen siendo las principales víctimas de esta prolongada crisis.