EDOMEX, 24 DE JUNIO DEL 2025.
Las imágenes fueron tan impactantes como desconcertantes: calles enteras, autos y viviendas cubiertos por una densa espuma blanca que parecía salida de una película de ciencia ficción. Pero no era jabón ni un experimento químico. Se trató de una mezcla peligrosa generada por el desbordamiento de la Presa Los Cuartos, al norte del municipio de Naucalpan.

Vecinos de la colonia Nueva San Rafael despertaron el pasado domingo con un paisaje apocalíptico. Una capa espesa y maloliente de espuma se extendía por las calles tras una fuerte lluvia que hizo colapsar el cauce del río Hondo. Videos difundidos en redes sociales mostraban cómo la espuma llegaba hasta los segundos pisos de las viviendas, mientras los habitantes permanecían atrapados sin poder salir.
¿Qué causó la espuma?
Las autoridades locales informaron que la sustancia fue provocada por una combinación de aguas negras, materia orgánica en descomposición, residuos químicos y basura acumulada en el sistema de drenaje. Al mezclarse con el agua pluvial y ser agitada violentamente por la corriente, se produjo una reacción que generó la espuma.
“Es una espuma persistente que puede representar riesgos si se inhala por tiempo prolongado o en espacios cerrados”, explicó un funcionario municipal. Aunque se descartó su toxicidad por contacto breve, el hedor y la incertidumbre generaron preocupación entre los vecinos.
Basura acumulada y esfuerzos insuficientes
El gobierno municipal asegura que, desde febrero, ha trabajado en el desazolve de la presa en colaboración con la Conagua. Más de 900 toneladas de basura han sido retiradas. Sin embargo, los habitantes denuncian que los esfuerzos han sido insuficientes. Durante el fin de semana, las rejillas de desagüe volvieron a saturarse, agravando el desbordamiento.
Colonias como Nueva San Rafael, Chamapa y Los Pastores permanecen bajo alerta, ya que los niveles del río siguen cercanos al tope. Mientras tanto, los residentes exigen una intervención más contundente por parte de las autoridades estatales y federales, que incluya no solo la limpieza inmediata, sino una evaluación seria del impacto ambiental y sanitario.
Una crisis que pudo prevenirse
Más allá del susto, este episodio expone una problemática que lleva años gestándose: la falta de mantenimiento a infraestructura hídrica crítica y la escasa vigilancia sobre las descargas industriales y urbanas. La espuma ya se disipó, pero el mal olor y la indignación aún flotan en el aire.