BRASIL, 5 DE MAYO DEL 2025.
Trece años después de su última visita, Lady Gaga volvió a Brasil y no escatimó en sorpresas: ofreció un concierto gratuito en la icónica playa de Copacabana ante más de 2 millones de asistentes. Desde su llegada el martes, la euforia no hizo más que crecer. El evento no solo reunió a fanáticos de todo el país, sino que convirtió a Río de Janeiro en el epicentro mundial del pop durante una noche histórica.

Un espectáculo sin precedentes
El show comenzó con “Bloody Mary” y fue avanzando con clásicos como “Poker Face” y “Born This Way”. En una de las sorpresas más aclamadas, Gaga cambió su vestuario por uno con los colores de la bandera brasileña. También compartió un mensaje emocional sobre su proceso de sanación y agradeció a sus fans por haber esperado durante años: “Brasil, ¡estoy lista!”, gritó desde el escenario.
Impacto cultural y económico
El evento fue parte de una estrategia del Ayuntamiento de Río para dinamizar la economía local. Según cifras oficiales, el concierto dejó un impacto económico estimado en más de 600 millones de reales. Las autoridades ya planean repetir este tipo de eventos cada mayo hasta 2028.
Un despliegue técnico y de seguridad monumental
Más de 5,000 elementos entre policías, bomberos y militares resguardaron el espectáculo. Dieciséis torres de sonido y pantallas garantizaron que incluso quienes estaban más lejos pudieran vivir el show con intensidad. Gaga usó el escenario más grande de su carrera, dividido en cinco actos que narraban su “ópera gótica”.
Lo que ocurrió en Copacabana no fue solo un concierto, sino un fenómeno social y cultural. Lady Gaga no solo reafirmó su estatus como estrella global, sino que, con un show gratuito, volvió a conectar con su audiencia de una forma poderosa, genuina y profundamente humana.