QUERÉTARO, 05 DE FEBRERO DEL 2025

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha reafirmado la soberanía del país en un discurso contundente durante la conmemoración del aniversario de la Constitución de 1917. En el emblemático Teatro de la República, en Querétaro, la mandataria lanzó un mensaje de firmeza frente a las presiones externas, particularmente las provenientes de la administración de Donald Trump.

Funcionarios y legisladores durante el discurso en el Teatro de la República, en Querétaro.

«México es un país libre, soberano, independiente. No somos colonia de nadie ni protectorado de nadie«, declaró Sheinbaum ante un auditorio repleto de funcionarios y legisladores de diversas fuerzas políticas. Sus palabras, recibidas con aplausos, fueron interpretadas como una respuesta directa a las recientes amenazas del expresidente estadounidense, quien ha presionado a México en temas de seguridad y migración.

Sin mencionar de manera explícita a Trump, la presidenta advirtió sobre el «espíritu intervencionista» que acecha al país y convocó a la unidad nacional. «Cualquier intención de afectar nuestro derecho de ser un pueblo libre, un país independiente, una tierra soberana, se topará con un pueblo valiente», aseveró. Además, reiteró su postura de cooperación sin sumisión: «Cooperación sí, subordinación no. Colaboración sí, sometimiento no. Nada de injerencismo, ni intervencionismo, tampoco de racismo ni de clasismo».

El respaldo a Sheinbaum no se hizo esperar. Tanto oficialistas como opositores reconocieron su postura firme ante las presiones externas. El gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, del Partido Acción Nacional (PAN), destacó su «serenidad y firmeza» en la defensa de los intereses nacionales. Por su parte, el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, calificó el discurso de la mandataria como «una lección enorme de principios, de firmeza y valentía».

El contexto de estas declaraciones se enmarca en la reciente decisión de Trump de imponer aranceles del 25% a las importaciones mexicanas, como medida de presión ante el tráfico de fentanilo y la migración irregular. Tras una conversación entre ambos mandatarios, se acordó suspender temporalmente la medida, sujeta a una evaluación en el corto plazo. A cambio, México desplegará 10.000 militares en la frontera con Estados Unidos para reforzar el control migratorio y combatir el narcotráfico.

Más allá de la coyuntura inmediata, Sheinbaum apuesta por fortalecer la producción interna y reducir la dependencia de las exportaciones al mercado estadounidense. Su estrategia busca que la industria mexicana cubra al menos el 50% de la proveeduría y el consumo nacional, disminuyendo así la vulnerabilidad ante eventuales represalias económicas.

Este episodio reafirma la complejidad de la relación bilateral entre México y Estados Unidos, donde la política, la economía y la seguridad se entrelazan en un delicado equilibrio. Sheinbaum ha dejado claro que su administración no cederá ante presiones externas y que la soberanía nacional es un principio innegociable. Su postura, aunque celebrada por muchos sectores en México, abre interrogantes sobre el futuro de la relación con la Casa Blanca y el margen de maniobra del país ante un socio comercial clave.

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